martes, abril 26, 2005

La reproducción de un modelo agotado.

Nunca pude ver Plaza Sésamo con agrado. No sé, iba más allá de mi tolerancia infantil. Me parecía tedioso, ridículo en términos de fonética mexicana y absurdo, considerando la movilidad de muñecos peludos que explotaban en colores chillones.

Quizás podría rescatar a Beto y Enrique, que tenían una particular forma de ver el mundo y, como para festinar, las animaciones que explicaban lo cerca y lejos que podían estar las cosas. Sin embargo no me lo bancaba, a diferencia de las animaciones de UPA, que contenían a Mr. Magoo, hoy mi bien aventurado ícono en este tránsito miope que tiene la vida después de los treinta.

Qué curioso. Hoy quienes gozamos en este tramo etáreo somos objeto de deseo en el ámbito de la publicidad, un público objetivo atractivo en el mercado de la piscola, jubilación anticipada y -por qué no- de una teleserie nocturna, preparada especialmente para el “Adulto Joven”.

El sábado pensaba entre una parrilla, rones y carne que es verdad que ya no estoy dispuesto a beber cualquier cosa, y que Mazinger Z, Ultraman, Centella y Jet Marte tampoco estarían dispuestos a tomarse una grapa con yupi o un yugoslavo. Por que, a pesar que sus hígados son metálicos, si nacieron entre 1966 y 1975 ya lo deben tener vencido entre mochileos, universidad y la infinidad de asados que nos entregó nuestro señor jesucristo.

Me reía sólo. Entre imágenes difusas de conocidos de toda la vida, me detenía a escuchar sus conversaciones y murmullos en lenguajes que sólo ellos podían comprender. Finalmente entre salud y salud me cayó la teja de que la gente va pasando por la vida dejando una huella que se va difuminando con el tiempo, olvidando que con el transcurrir de los años es posible avanzar y seguir entregando estas mismas huellas pero acorde con los nuevos viejos tiempos.

No sé si es estancamiento o la reproducción de un modelo agotado, sin embargo siento la necesidad de cambiar ese aspecto o dejar de funcionar en la dinámica del recuerdo. De verdad, no sólo quiero compartir un pasado añejo rico en historias lúdicas. No es intelectualizar mis relaciones pero si darles otra tonalidad, tampoco es que pretenda cambiar a la gente sino que cambiar de aire.

Esa misma tarde –horas antes- estuve con gente criada en el mismo molde, del mismo racimo, que estaban sin mediar palabra alguna, en la misma. Amistades que no estaban sólo dispuestas a permanecer en el recuerdo y que a la luz de una piscola, se nutren del otro quiéranlo o no. Otra disposición.

Ya tengo 30. No sé si es condición de esta edad o el tiempo me está volviendo un viejo irremediablemente jodido. Es probable que no tenga nada que ver y que muchos jamás tendrán sensación alguna o bien no tuvieron la necesidad de escribir palabras como estas, sin embargo hoy sucede... se siente un cambio. Como que me sumerjo en imágenes del pasado en un recuento noticioso de fin de año y proyecto mi vida en un camino que se construye con capacidad de sorpresa, con la alegría que te da abrir nuevas vertientes de ti mismo y -por supuesto- de otros.

10 Comments:

At 3:18 p. m., Anonymous Anónimo said...

Nuestra historia está llena de recuerdos,¿comenzó a los 15 años?...uf!. Sin embargo, es una historia que ha estado siempre en un movimiento inagotable, que se "arranca siempre hacia adelante". Así tambièn, nos arrancamos hacia adelante con otras y otros, y es con ellos con los que no me canso de recordar, con los que podrìa tomarme a los 30, una grapa con yupi sin pensar que reproduzco un "modelo agotado".

 
At 6:21 p. m., Anonymous Anónimo said...

bien este relato habla desde otro personaje que ha diferencia del autor no entra a los treinta sino más bien va de tránsito o resbalando, por no decir huyendo de aquellos terribles y pecaminosos 30. Guenas las historias compare, inebitablemente las imágenes no dejan de aparecer -no se si es un problema de la grapayupiada o un soberbio destello inconciente que deja el pasar por plaza sesamo- asi que como homo ocularis le diré que ansioso a la espera o como está de moda, me declaro en "espera reflexiva".

 
At 5:08 p. m., Blogger Clo Aravena said...

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At 10:25 p. m., Blogger Kike said...

Llega un punto en que uno deja de tomar porque es choro, porque el resto lo hace o porque te ayuda a vencer miedos y comienzas a hacerlo por gusto. Creo que ahí es cuando dejas de estar dispuesto a cualquier cosa.

Yo también tengo 30, pero yo hace unos 7 años que dejé el Ron Silver y me pasé al pampero, ese que venía con chaqueta de cuero. Dejé el Life y tomé el Viceroy Light.

Dejé el completo caminero y lo cambié por un buen lomito en la fuente alemana.

Ahora, si uno no toma por placer, sino para curarse, entonces cualquier cosa sirve.

 
At 11:49 a. m., Blogger eduardo drouillas said...

y del abuso y el desenfreno qué? hace ya tiempo que el poder adquisitivo ha dado paso a nuevos placeres es cierto, pero la jodida vuelta está en que después del segundo pampero, cuando despierta el querido demonio que todos llevamos dentro, ese amable ser radical que no es un resavio adolecente, sino uno mismo intoxicado de uno mismo, se vuelve trabieso. Y ahí, el yupi y la grapa o su simil actual, vuelven a ser parte de la barra. pero para eso no hay comerciales, nuestro lado oscuro aún no esta a la venta, tal vez pronto.

 
At 12:53 p. m., Anonymous Anónimo said...

Hace ya un par de meses que vengo pensando en los 30 ... en el cambio de folio, en que hay chicos que me dicen tia, en que soy la mas vieja cuando salgo con mis primos, en que si no es ron no es nada, en que mas que el numero 30 me ha afectado el hecho de no haber cumplido ciertos planes que tenia, o ciertas cosas que queria haber hecho a esta edad. Sin embargo en la misma parrilla que tu me senti lejana, senti como que esas escenas ya las habia vivido muuuchas veces antes, que me sonaban trilladas o repetidas, pero tambien pense que intrinsicamente la gente no cambia, madura ciertos aspectos pero no cambia, entonces como puedo pretender que si estoy rodeada de gente que conosco hace 15 años no se hablen historias viejas, o que no seamos complices entre si ... Por eso tus palabras me hacen pensar mas aun en que es lo que aun puedo hacer para que esas situaciones no lleguen a ser un "modelo agotado", que es lo que hare para dejar de pensar tanto y hacer mas ... y tener mas claro aun que son las personas como tu las que hacen que esos momentos valgan la pena totalmente.
un abrazo.

 
At 1:29 p. m., Anonymous Anónimo said...

Cuando uno pasa los 50 y hace recuerdos ya no son los mismos de los 30, tienen un sabor especial, son una mezcla rara de tequila con ron pero dejan un sabor agradable en el paladar, cada época es distinta pero se unen en una causa comun que es la comunión de tener el mejor amigo y ese amigo es uno, sólo uno los otros son amistades del momento y del placer pero uno queda sólo con su conciencia y sus pensamientos a los cuales debe orientarlos a quererse mas y a luchar por uno, darse esa alegría de vivir, aunque sea en la soledad.

 
At 1:36 p. m., Anonymous Anónimo said...

Esa soledad te acompaña a donde vas, a veces duerme contigo, va adonde tú vas y al final aprendes a quererla y se esa soledad conoce a otra soledad dejala que brinden por un encuentro de vida, que brinden con una copa de un buen vino tinto que te deja el sabor en la boca y tú debes adivinar a que sabe para darte cuenta si es malo o no, la amistad y la soledad es igual, la conoces y sabes si es buena o mala y cuando conoces a otra soledad igual sabes si es de madera de roble a sabe a frutas porque si sabe a oxido dejala partir para siempre y recuerda que es engañosa, debes estar evolucionado para saber si es con gusto a oxido, y ademas ya tomaste ese trago y fue amargo.

 
At 1:41 p. m., Blogger eduardo drouillas said...

oye, feliz cumpleaños y ahora con buenas picolas. A ver si te duran!!!!!!! a celebrar cuate.

 
At 6:54 p. m., Blogger Agnes said...

bienvenido a los 30 sin perder la capacidad de sorprenderse.
(mmm, esta edad ya está sobrevendida)

 

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