viernes, junio 24, 2005

PARAMONA...

Detuve mi andar en la esquina acostumbrada y mencioné tu nombre.
Fue entonces cuando escuché tu danza en mis oídos ciegos.
Fue entonces cuando dejé de escupir coágulos de desidia.

Ahí estamos, pequeña Úrsula de sonrisa azucarada
dando pasos de niño,
caminando ante la abrumadora realidad,
Contando una historia que no correspondía,
Rescatando desde la miseria ese sazonado señuelo inalcansable.

Quince mil estrellas estuvieron aquella noche,
observando quedas y suspirando mares.
Entendiendo que, inexorablemente, la vida regala.
Que la vida quita.

Somos una caricia tras la tormenta purpúrea,
un suceso natural en medio de la nada.
El cántico secreto del ahogado que se desvanece.
Un beso cargado de veneno calmo y sin espasmos

Saborea mis sentidos en un festín estelar,
saca la daga transparente y amalgama tu dolor junto al mío.
Cierra tus ojos para sentir las bofetadas cándidas que nos ofrece
la santidad del asesino.
Sin miedos aparentes, sin gritos silenciosos.
Imaginando que pronto llegará el ocaso del atormentado,
el fin de una antigua historia de lo que nunca fuimos.

¡Hoy has transformado este día que es un año
en un invierno colmado de primavera!

¡Hoy día pintas mi corazón con brochazos de ternura!

4 Comments:

At 12:05 p. m., Blogger Clo Aravena said...

que monono!!

 
At 5:36 p. m., Blogger Emilio said...

Que monona!

 
At 2:01 p. m., Blogger eduardo drouillas said...

qué?

 
At 2:09 p. m., Blogger Emilio said...

Cómo?

 

Publicar un comentario

<< Inicio