miércoles, mayo 02, 2007

PARASITISTAS

Palenque sobrevive de las nauseas que le provoca la pobreza. Como buen arremangado social evita todo contacto con fétidos vientos de la marginalidad. De donde viene. Desde que ganó la Lotería, siente que por derecho propio debe trepar a una clase coherente con el dinero entregado por el boleto de números mágicos.

Desde entonces cambió de barrio, auto y ha tomado cursos de modales dictados por professoresas de gran estilo y glamour. Su esposa, reina y señora, reconoce que su marido hoy pronuncia las eses como nunca, pero lamenta que aún eructe en sociedad y escarbe su nariz cuando maneja su Jaguar personalizado con luz negra y alharaca bocina.

Su nuevo amigo Retornio vive en la casa contigua justo al costado derecho de su caserón estilo colonial en un nuevo barrio de altos apellidosos y antena satelital. Él juega con profesionales bastones de golf en un club que reclama por sus protestos cheques de banco rimbombante que Palenque está comenzando a subvencionar.

Retornio profita del buen estado de salud de la cuenta corriente de Palenque, ahora Don, al igual que él que desde niño ostentó el título, pero en diminutivo. La esposa de Retornio no soporta que Palenque zozobre sus maneras luego de pedir vino en caja galáctica y lanzar una bullada broma al público del club. Generalmente, Retornio sonroja su rostro en la temática picaresca de Palenque, sin embargo esboza sorisozas y estrepitosas carcajadas esperando su merecida recompensa.

Todos saben que Retornio no quiere a Palenque. Lo humilla a sus espaldas y espera arrebatarle lo que considera suyo por derecho divino, al igual que los antiguos reyezuelos, descendientes del mismísimo Dios hecho carne. Alcurnia criolla de sangre más pura que los Borbon, Orleans y Windsor juntos en una ronda en tierra Aria tapizada en billetes.

Sin embargo, Palenque no es estúpido, como algunos creen en el Club, él sabe cuál es el negocio, por eso hace mofa de los modales afeminados de Retornio mientras vocifera a sus empleados que le arrebatará la clase y pomposidad a su vecino. Pero eso ya no importa, el tiempo se acaba, ambos se buscan y necesitan para poner en práctica sus ambiciones rápida y certeramente.

Ha sido escrito en el novíssimo testamentoso: Garrapatista y garrapateado fusionarán linajes para su propia tranquilidad. Nacerán Retorques y Palornios que convivirán en una gran facenda a las afueras de la ciudad. En aquel lugar de bellos amaneceres, planificarán el crecimiento de la pequeña sociedad que dominarán. Desde las alturas, nacerá una nueva ideología parasitaria, su propia religión, su propio partido político. Vendrá el nuevo hombre nuevo Parasitista a Gobernar en medio de la anestesia complaciente de nuestras diarias necesidades, vendrá a perfumarnos el hedor a trabajador con programaciones noticiosas del alto estúpido contenido...