lunes, marzo 13, 2006

Noche, fuego, Dios y desierto.


Se trataba de una noche iluminada por la voluntad de una luna altanera. Ráfagas de viento y una muchedumbre cosmopolita yendo y viniendo por las secas calles de San Pedro de Atacama. Estaba decidido, bebería un último sorbo y marcharía al claustro. Era una especial temporada. Tiempo de orear el alma como un sucedáneo anacoreta. Lectura. Soledad. Naturaleza.

Esa noche, la magia del desierto fue envolviendo mis sentidos y los de muchos en esa catedral de techumbre estrellada. Por eso no me fue extraño dejar que mis pasos doblaran por la esquina equivocada como buscando el centro donde se cocinaba el hechizo del norte.

Instintivamente seguí a un grupo y conversé. De pronto me encontré bebiendo licores ajenos, conociendo delirantes personajes, experimentando un calor exento de sofoco. Era una fauna limpia que no preguntaba ni buscaba explicaciones, sólo disfrutaba de una infinita libertad de los sentidos. La locura más cuerda que jamás había imaginado.

Al final del camino una fogata y cientos de personajes rodeando a un mestizo que escupía fuego al son de improvisados músicos percusionistas y nasales cantos africanos. Dos belgas bailaban semidesnudas coqueteando con la belleza de cada uno de nosotros. La multitud regalaba apasionados besos y sonrisas a quienes llegábamos, entregándonos una particular bienvenida. Regalándonos bocanadas de felicidad en perfumados cigarrillos que recorrían el lugar de mano en mano, moviéndose como un enjambre de luciérnagas, sin dinero ni preguntas, sin traficantes ni señuelos de urbanidad. Danza explosiva en sepia, capoeira, sudor, amor libre y respeto.

Esa noche todos estuvimos en un sólo cuerpo. Sincronizados vivimos una gran liturgia sanadora, un baño espiritual, un regalo espontáneo y sincero. Sí. Puedo asegurar que en ese instante estaba Dios compartiendo junto a nosotros, interpretando la infinidad de lenguas que allí se encontraban, dedicándonos cada una de esas deformaciones de nuestro cuerpo y sombra producto del fuego y su baile. Era un Dios humano, sin rostro ni prejuicios, sin culpa ni pecados. Un Dios que -si existe- es puro, santo y profundamente alucinógeno.

18 Comments:

At 3:01 p. m., Blogger fgiucich said...

Impecable descripción de una de esas noches inolvidables que, difícilmente, volverán. Abrazos

 
At 3:50 p. m., Blogger gallardo said...

Parece que tuviste un encuentro con uno de los tantos Dioses que descansan en el norte durante todo el año.
En verdad se turnan para no abandonar del todo a los fieles del mundo, y como ademas algunos fieles concurren a San Pedro a renacer, los dioses aprovechan esa instancia para pernoctar con humanos, y gozar de su inocencia, Ud entre ellos, como un afortunado mas.
Saludos

 
At 8:39 p. m., Blogger Juan Carlos said...

El norte de Chile tiene un halo místico que, al igual que el viento, no habita un lugar específico. El desierto en su silencio milenario, provee el escenario ideal para las almas trashumantes. La ciudad envidia el espíritu libre de la pampa y de las almas que en ella celebran la sola dicha de existir...y yo tengo la suerte de ser una de esas almas.

Saludos

 
At 9:33 a. m., Blogger Emilio said...

Don Efe: Ni se imagina como fue aquella cumbre. Creo que fue muy parecido a encuentros cercanos del tercer tipo o un bar de la guerra de las galaxias.Saludos
Gallardo: No se si ser politeista en este caso. De todas formas es igual, la sensación fue la misma. Libertad de los sentidos ahuyentando las malamente interpretadas convenciones morales. Esta claro que soy un fiel afortunado. Saludos.
jc: Extremo místico. En verdad cuando me hablaban de la onda del desierto, del norte, pensaba que había algo de exageración. Sin embargo hay que estra ahí para saber. Bueno, lo supe y de que manera.Saludos.

 
At 5:40 p. m., Blogger isabelitiya said...

no se porque me suena esa historia, y alguna de sus metáforas. pude hablerla leido en algún lugar antes?B.s.o.s

 
At 10:57 p. m., Blogger mili said...

Excelente relato de una de esas situaciones casi imposibles de relatar. Me tranporté, lo vi y lo sentí.
Notable, de verdad

 
At 10:50 a. m., Blogger Icy said...

Maravillosa la foto, maravillosas las palabras y mucho más mágico el momento vivido.

Me emocionaste!!! Gracias por compartirlo con nosotr@s.

Casi pude tocarlo!!! Uf, qué intenso!!!

Un abrazote.

Nos leemos!!!

I.

 
At 12:09 p. m., Blogger Muñeca said...

Comparto la visión de un dios ^profundamente alucionógeno^.
Mató la metáfora de los perfumados cigarrillos... en mi facultad no hay tanta poesia a su alrededor.

Extrañaba tus relatos...
Abrazos :)

 
At 1:19 p. m., Blogger Emilio said...

Isabelitiya: Este hecho ocurrio hace algún tiempo en el norte de Chile. Cualquier semejanza con otros hechos de la realidad o imaginería es mera coincidencia. Se lo aseguro. Saludillos para usté.
Mili: Gracias por la buena onda. Que bueno que haya regresado en gloria y mejestad.
Icy: Andaba medio perdida, que bueno verle en este lugar. Acá, se comparte todo. Gracias por tu comentario, nos leemos, por supuesto.
Sofi: Imagino la cantidad de porros circulando en la Facu, mi querida Sofi. Eso es poesía, un poco tosca, pero muy literaria. Te leo mostra!

 
At 7:40 p. m., Blogger la petite genie said...

Sabes...el norte tiene su encanto...su magia..pero cuando vives en el sur....y lo recorres bien...te das cuenta que el sur es insuperable....
Bello relato...me encantaría escribir así :)
Que estés bien.
Chau.

 
At 11:53 p. m., Blogger Siempre Yop, Bárbara para los amigos said...

buena foto, intenso el momento, me gusta el norte, a pesar de lo seco me despierta sensaciones que el sur por muy verde y humedo no logra mover....

un abrazo...

 
At 2:22 a. m., Blogger aLice said...

por lo regular tengo muxo k decir... esta vez... solo WOW!!! ...
buen espacio... estare en lektura konstante!

 
At 8:18 a. m., Blogger Pilar said...

Una noche así yo tampoco la olvidaría jamas, el relato está muy vivido.
Saludos otoñales amigo, espero que todo siga viento en popa.

 
At 9:24 a. m., Blogger Emilio said...

Petite: Son magias distintas. El sur también me ha regalado sus momentos. Saludos.
Yop: Claro. Como decía cada cual tiene su particularidad, su hechizo propio. Saludines.
Palabrillas: Excelente. Me agrada que estas letras te hayan llevado de viaje. Realmente alucinógeno.
Alice: Bienvenida al estado. Espero verla con regularidad. Saludos.
Carito: Uf. también tuvo su viaje. Intenso. Espero haya volado lejos.
Pilar: Para allá voy viento en Popa, saludos otoñales también para tí.

 
At 1:06 p. m., Blogger Sergio Lara said...

¿Cigarrillos perfumados?

segun que ahora hay unos que saben a chocalate pero tienen los efectos de la verde.

 
At 1:14 p. m., Blogger Emilio said...

Chocolate que da risa.

 
At 12:00 p. m., Blogger Muñeca said...

Todo es poesia, la diferencia es cómo repartimos las oraciones en función a la categoria en la que queremos competir... (jaja)

El otro día pensaa en lo feo que escribia Aristóteles, aparentemente un capo, pero para escribir... wacala...

Saludos

 
At 9:07 a. m., Blogger Paitoca said...

el norte tendrá esa magia?... el desierto tan presente siempre en tus relatos... me haces añorarlo, extrañarlo.

un abrazo.

 

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